Visión del futuro

Para pensar en el futuro, miro al pasado…

Los estudiantes de mi generación, nos graduamos de bachiller del Colegio Dominicano de la Salle en un ambiente casi pueblerino, bajo los rigores de un gobierno dictatorial. Era el final de la década de los años 50. Ocurrida la muerte de Trujillo y en el inicio de nuestro ejercicio democrático, con sus altas y bajas, nos embarcamos, llenos de fe, a transformar el país en una nación moderna, prospera y mas justa socialmente, Motivados en esta esperanza, la virtual totalidad de los bachilleres de nuestra generación se hicieron profesionales. Han tenido roles prominentes en la sociedad dominicana, desempeñando funciones como médicos, abogados, artistas, políticos, comunicadores sociales y productores de medios. En nuestras tertulias de recuerdos, no nos dejamos de asombrar por lo mucho que se ha logrado en términos de desarrollo, y por la tarea inmensa que queda por hacer. Nuestra generación vio la población de la Republica Dominicana crecer algebraicamente y sus valores cambiar. La sexta parte de su población emigró. Nuestros renglones productivos tradicionales perdieron su importancia proporcional. Nos convertimos en destino turístico importante. En importantes productores de bienes industriales y servicios.

El más asombroso de todos los cambios ha sido la transformación de la planta física de la República Dominicana construida por el hombre. En los veinticinco años, desde el 1975 al 2000, se duplicó lo construido durante los 500 años transcurridos desde que Colón pisó nuestra tierra. En fin, nos transformamos de una forma tal que ningún visionario pudo haber previsto la magnitud de esta metamorfosis.

Afortunadamente, el pasado y la historia nos pueden servir de referencia a lo que podemos esperar en el futuro.

¿Que aprendimos del pasado que nos permita tener una visión del futuro?

Independientemente de la continuidad de dramáticos cambios socio económicos que nos esperan, el factor aparentemente inevitable en los próximos años es nuestro constante crecimiento poblacional, los requerimientos de servicios de los mismos y de sus proporcionales requerimientos de planta física productiva, educacional, salud, intercambio económico, de diversión y turismo.

Nuestra proyección nos indica que en los primeros 25 años de nuestro joven siglo, una vez más se duplicará la planta física de la República Dominicana. Para acomodar nuestra creciente población y el quehacer de la misma, tendremos que construir en los próximos 25 años, lo mismo que se ha logrado hacer desde que Colón pisó nuestra tierra hasta el día de hoy.

CASA se ha estado preparando durante tres décadas para hacer la cuota parte del trabajo que le corresponderá en construir la planta física que requiere nuestro país. Como dice nuestro lema:

Estamos construyendo un mundo mejor.

Esperamos seguirlo haciendo. A la vanguardia tecnológica de nuestra profesión y nuestro medio. Superándonos cada día.

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